La Agrupación de Personas Sordas de Granada y Provincia ha conseguido por meritos propios pasar a formar parte de la lista de entidades asociativas más longevas de Andalucía, lo que supone un hito en la historia del movimiento asociativo y un éxito para quienes han luchado por su continuidad a pesar de las dificultades y problemas que a lo largo de estos cincuenta años se han ido encontrando en su camino. Esto es algo que las personas sordas hacen en su día a día, dando lo mejor de sí mismas para conseguir que la sociedad los vea como hombres y mujeres normales sin encuadrarlos en grupos aislados y ocupando el mismo lugar que el resto de la ciudadanía.
Desde la FAAS siempre apostamos por la mejora de su calidad de vida y para ello cuenta con una red asociativa fuerte y consolidada que se encarga de hacer llegar a los poderes públicos las propuestas que consideran necesarias para que el llamado estado de bienestar funcione sin fisuras. Una de estas entidades es sin ninguna duda ASOGRA, a quien tenemos mucho que agradecer, por ser quien le ofreció desinteresadamente al constituirse como Federación establecerse provisionalmente en su local. Por otro lado es de justicia destacar el apoyo y colaboración que siempre hemos recibido de sus órganos directivos y el cariño de sus socios y socias.
Me gustaría destacar singularmente el hecho de que el detonante que impulsó la creación de la FAAS haya partido de personas que son socias de ASOGRA, como es el caso de Dña. Rosita Portillo y D. Miguel Jiménez, cuyo precedente reconozco que resulto fundamental para su puesta en marcha. Si nos sumergimos en la historia esta cuenta con muchos héroes ocultos dentro de la comunidad sorda y nadie mejor que Helen Keller para describirlos “lo que mueve al mundo no son los potentes brazos de los héroes, sino la suma de los pequeños empujones de cada trabajador honrado”.
Según la OMS, la definición de calidad de vida se relaciona con la percepción de la persona del sistema de valores en los que vive y en relación con sus objetivos, sus expectativas, sus normas, sus inquietudes. Siguiendo este contexto la comunidad sorda granadina vive un antes y un después en su existencia y de este modo la experiencia del pasado le sirve para vivir un presente real y construir un futuro mejor a las nuevas generaciones. Queda mucha tarea por delante, deberes que cumplir y nuevos retos que asumir, ya que está demostrado que las leyes si bien están para cumplirlas, al día de hoy no tenemos resultados que lo avalen al cien por cien. Por ello siempre contaran con la confianza y el respaldo de la FAAS y por supuesto el mío propio, ya sea como representante institucional o como un simple integrante del movimiento asociativo.
De corazón transmito mi enhorabuena a ASOGRA, su equipo directivo, familiares, amigos, entidades públicas y privadas y especialmente a los verdaderos impulsores de este 50º aniversario, los socios y las socias de todas las edades.